La persiana, en contra de lo que muchos piensan, es un elemento antiguo y sus orígenes se remontan siglos atrás. No en vano, las tribus del desierto ya utilizaban hojas para tapar las ventanas de sus refugios y así guarecerse del sol. Vamos a hacer un breve recorrido por la historia, para conocer la evolución de este útil instrumento, imprescindible en nuestros días.
En el antiguo Egipto, las ventanas se cubrían con cañas entrelazadas, que se encargaban de bloquear la penetración de los rayos de sol permitiendo, al mismo tiempo, la entrada de aire fresco dentro de los edificios. En China, las persianas se confeccionaban con bambú. Los comerciantes persas, por su parte, introdujeron este elemento en Europa.
Hablar de persianas en Europa es hacerlo de Venecia. Italia fue el gran receptor de estos accesorios provenientes de Persia. En la ciudad de los canales se empleaban para graduar la entrada de luz y aire en los edificios. En aquella ciudad italiana apareció la que hoy denominamos “persiana veneciana”, que ha evolucionado y que hoy utilizan en hogares y oficinas de medio mundo.
El inglés Edward Bevan perfeccionó el mecanismo de las persianas venecianas, incorporando un cordón sin fin y una polea, que se usaban para mover las lamas. En un principio, éstas eran de madera, aunque con los años se fueron incorporando otros materiales, como el aluminio. Esta persiana fue patentada en Londres en 1769.
En 1880, las persianas conquistaron Nueva York. Poseían láminas de cristal, aunque a lo largo del siglo XX empezaron a fabricarse en otros materiales, como el metal o la fibra. Durante la década de los 50 del siglo pasado, los avances en la metalúrgica procuraron el nacimiento de las primeras persianas modernas. Por entonces, eran accesorios algo incómodos y ruidosos. Ya en los 80, el vinilo y los plásticos ayudaron a abaratar el precio de las persianas y a extender su utilización.
El término “persiana” proviene de la palabra francesa “persienne” y hace referencia, precisamente, a los habitantes de Persia, los introductores de este accesorio en Europa. En la actualidad, el elemento más innovador en el mundo de las persianas es su automatización. La domótica, la informática y la tecnología en general permiten controlar a distancia estos sistemas, cuyos orígenes eran unas simples hojas cubriendo puertas y ventanas.
En tiempo pasados, por tanto, los persas o los chinos fueron grandes maestros de las persianas. En la actualidad, empresas como Unceta Persianas en Zaragoza asesoran, informan y ofrecen soluciones específicas a la necesidades de cada cliente. Ni el mismísimo Edward Bevan hubiera imaginado el grado de evolución tecnológica que ha alcanzado este accesorio en los hogares de nuestros días.